"La vida cristiana es la vida de Cristo en mí".
Nuestra vulnerabilidad nos lleva a la búsqueda de Dios. Somos hijos de Dios y nos ama incondicionalmente. Necesitamos su misericordia.
Nos invitó a reflexionar en esta verdad tan grande y contundente: El mismo espíritu que resucitó a Jesús, habita en nosotros y debemos dejar que viva en nosotros.
Les compartimos algunas fotografías de la plática:
No hay comentarios:
Publicar un comentario