Según Eduardo Andión Gamboa,[1]
“…la pretensión de los artistas… es disolver la diferencia entre el arte y la
vida…”
El Papa Juan Pablo II en su “Carta a los Artistas”[2]
comenta que el diálogo entre los artistas y la Iglesia no se ha detenido nunca y
destaca que la intuición artística va más allá de lo que perciben los
sentidos, e intenta penetrar en la
realidad e interpretarla, brotando su inspiración de lo más profundo del alma humana, “allí donde la
aspiración a dar sentido a la propia vida se ve acompañada por la percepción
fugaz de la belleza y de la unidad misteriosa de las cosas.”
Cuando entendemos que parte de la religiosidad implica la
búsqueda de la trascendencia, el arte nos abre una posibilidad para la
experiencia única y personal, el arte nos puede dar “momentos de gracia”
porque, decía Juan Pablo II, el ser humano es capaz de tener, a través del arte,
“una cierta experiencia del Absoluto que le transciende”.
En un afán de motivar estas vivencias, compartimos un
espacio artístico de nuestra ciudad que les puede resultar muy interesante, y
notas específicas sobre la exposición de Boris Viskin, que estará abierta hasta
el 14 de Agosto.
Es un artista que se considera “post-pictórico” pues lleva
la pintura más allá al incluir variados elementos y materiales. Nació en la ciudad de México en el año de 1960;
de origen judío, desde muy joven se interesó por el arte, vivió su juventud en
Israel y después viajar por Europa, decide irse a Florencia para estudiar arte.
Al terminar, regresa a la ciudad de México en donde actualmente reside.
Su obra lleva a reflexionar sobre las limitantes que como seres humanos nosotros mismos trazamos entre unos y otros. Con gran carga religiosa, elementos y símbolos, encontramos que su obra nos invita a la reflexión pero también descubrimos un poco de humor, originalidad y sorpresa.
Links relacionados:
Museo de Arte Moderno
Revista L’Enfer des Arts: El artista Boris Viskin
Periódico Excelsior: La belleza de Viskin en el Museo de
Arte Moderno
Carta del Santo Padre
Juan Pablo II a los Artistas
[1]
Anuario de Investigación UAMX 2007-2008 Méx, pags 311-329
[2] Carta del Santo Padre Juan Pablo II a los Artistas
Reflexiones.
Rocío Argueta Basurto.
En ésta ocasión
me gustaría compartir el arte de Domenikos Theotokopoulos “El Greco” que aunque nunca
formó parte de ninguna religión es claro que Jesucristo marco su vida, lo
interpretó manifestando su fe y pasión al Maestro en su obra.
Fue un pintor extravagante que quiso hacer lo que
nadie había hecho antes, fue rebelde a los dictadores de la religiosidad de
esos tiempos, pero me queda claro que adoraba, creía y sobre todo, quería
trascender la palabra de Dios por medio de su obra; a continuación dejo tres de
sus obras más representativas.
La anunciación.
La adoración de los pastores.
La trinidad.
Emilio Dávalos Miaja
Es un hecho es que existen varios
artistas que elevan a estado espiritual su propio trabajo, éstos nos acercan un
poco a la grandeza de la propia creación y su creador. Un buen ejemplo de esto
son las pinturas de Caspar David Friedrich, en algunas de ellas se consigue
obtener un estado de conciencia expandido. Aunque su especialidad es el
paisaje, el quería generar un sentimiento de religiosidad a través de este.
Ejemplo de esto
Fabiola Torres Adame
Yo deseo compartirles que, dentro de las manifestaciones del
arte, siempre me ha llamado la atención la búsqueda del rostro de Cristo.
En el caso de la actuación cinematográfica o televisiva, creo
que todos hemos visto al menos una versión de la Pasión de Cristo, y si hemos
visto más de una, seguramente hemos comparado cuál interpretación de Jesús fue
la mejor. Para mí, la caracterización de Jesús que más me satisface, o no sé si
decir, agrada o conmueve, es esta:
Digamos que… se la creo al actor. Logra transmitirme un “no
sé qué” (a veces las experiencia trascendentes nos dejan esa sensación). Claro
que hay muchas otras caracterizaciones, y ustedes tendrán su favorito. Pero es
sólo un ejemplo de cómo el arte pude comunicar una experiencia especial de fe o
espiritualidad.
Siempre me preguntado también, cómo se preparará un actor
para representar a uno de los personajes más fascinante de la historia (para
algunos, el más fascinante). Debe ser un maravilloso reto. Me atrevo a decir
que es incluso transformador.
Irma Soto del Castillo
Particularmente, también me llama la atención otra forma de arte
como es la poesía y en este sentido, puedo admirar a Sor Juana Inés de la Cruz,
quien desde su ferviente y férrea religiosidad así como su particular facilidad
para escribir, logró combinar el misterio de la creación de Dios, con una
crítica constructiva a la sociedad de la época en que vivió, que en mucho es
muy parecida a la actual; cuestiona con profundidad la conciencia del ser
humano.
Como ejemplo, algunos versos de dos poemas:
Oración Traducida del Latín
Ante tus ojos benditos
Las culpas manifestamos,
Y las heridas mostramos,
Que hicieron nuestros delitos.
Si el mal, que hemos cometido,
Viene a ser considerado,
Menor es lo tolerado,
Mayor es lo merecido.
La conciencia nos condena,
No hallando en ella disculpa,
Que respecto de la culpa,
Es muy liviana la pena.
Del pecado el duro azar
Sentimos, que padecemos
Y nunca enmendar queremos
La costumbre de pecar.
Nacimiento de Cristo
De la más fragante rosa
Nació la abeja más bella,
A quien el limpio rocío
Dio purísima materia.
Nace, pues, y apenas nace,
Cuando en la misma moneda,
Lo que en perlas recibió
Empieza a pagar en perlas.
Que llora el alba, no es mucho
Que es costumbre en su belleza;
Mas ¿quién hay que no se admire
De que el sol lágrimas vierta?
Si es por secundar la rosa,
Es ociosa diligencia,
Pues no es menester rocío
Después de nacer la abeja.
Rosa María Arias Noriega
Rosa María Arias Noriega
No tengo un artista, ni obra preferida. Una catedral, una
pintura, una escultura, una película y hasta la propia naturaleza, me invita a
meditar sobre la grandeza de Dios que sirve de inspiración para el artista.
Maru Hernández Pardo
Les comparto un cuadro que me "atrapó" cuando lo ví, y una descripción que me encontré en : http://www.elcuadrodeldia.com/post/100062624287/jules-bastien-lepage-juana-de-arco-1879-%C3%B3leo
"...Bastien-Lepage dedicó su corta carrera artística a pintar cuadros de temática rural, con un estilo realista un poco edulcorado (en plan anuncio publicitario: “trabaja la tierra y vive feliz”). En este caso concreto, en vez de pintar a una campesina anónima, lo que hace es representar a Juana de Arco en el momento de su revelación. Suponemos que la muchacha estaba hilando tranquilamente en el jardín cuando se le han aparecido los tres santos: San Miguel (el arcángel guerrero), Santa Catalina y Santa Margarita. El susto ha debido de ser monumental, porque al levantarse de golpe ha tirado al suelo el taburete en el que estaba sentada (no es para menos). Los tres seres sobrenaturales siguen en el fondo del cuadro, flotando en el aire y envueltos en una especie de bruma. El artista no quiere darles un papel protagonista, por eso los ha colocado detrás de las ramas de los árboles, un poco camuflados. Lo que le interesa es destacar la reacción de Juana, que se apoya aturdida en un árbol, con la mirada perdida, tratando de asimilar el mensaje que acaban de darle: tendrá que ponerse una armadura e ir a luchar a la Guerra de los Cien Años, para liberar a Francia del asedio inglés. Casi nada..."
Maru Hernández Pardo
Les comparto un cuadro que me "atrapó" cuando lo ví, y una descripción que me encontré en : http://www.elcuadrodeldia.com/post/100062624287/jules-bastien-lepage-juana-de-arco-1879-%C3%B3leo
"...Bastien-Lepage dedicó su corta carrera artística a pintar cuadros de temática rural, con un estilo realista un poco edulcorado (en plan anuncio publicitario: “trabaja la tierra y vive feliz”). En este caso concreto, en vez de pintar a una campesina anónima, lo que hace es representar a Juana de Arco en el momento de su revelación. Suponemos que la muchacha estaba hilando tranquilamente en el jardín cuando se le han aparecido los tres santos: San Miguel (el arcángel guerrero), Santa Catalina y Santa Margarita. El susto ha debido de ser monumental, porque al levantarse de golpe ha tirado al suelo el taburete en el que estaba sentada (no es para menos). Los tres seres sobrenaturales siguen en el fondo del cuadro, flotando en el aire y envueltos en una especie de bruma. El artista no quiere darles un papel protagonista, por eso los ha colocado detrás de las ramas de los árboles, un poco camuflados. Lo que le interesa es destacar la reacción de Juana, que se apoya aturdida en un árbol, con la mirada perdida, tratando de asimilar el mensaje que acaban de darle: tendrá que ponerse una armadura e ir a luchar a la Guerra de los Cien Años, para liberar a Francia del asedio inglés. Casi nada..."
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