En esta ocasión, el área de Servicios Escolares y Atención al Público, fueron los anfitriones. ¡Excelente sesión!
Isa medio oculta pero al habla...
Y así cerramos todos los estamos y los que somos...
Lectura 1.
La
Llorona
Leyenda
Mexicana, La
Llorona...
Los cuatros sacerdotes aguardaban
expectantes.
Sus ojillos vivaces iban del
cielo estrellado en donde señoreaba la gran luna blanca, al espejo argentino
del lago de Texcoco, en donde las bandadas de patos silenciosos bajaban en
busca de los gordos ajolotes.
Después confrontaban el movimiento de las constelaciones estelares para
determinar la hora, con sus profundos conocimientos de la astronomía.
De pronto estalló el grito....
¡Ayyy mis hiiijooooooosss!.,
¿dónde los llevaré para que escapen de tan funesto destino?...
Lectura
2.
La
Virgen de los Remedios
Historia vaga con
romántica y bella leyenda de amores entre la nobleza visigoda de Toledo, en los
inicios del ya muy lejano siglo VIII, y aventuras de guerreros
mercenarios extremeños de la época de Hernán Cortés, a finales del siglo XV,
enmarcan a la pequeña imagen de la Virgen de los Remedios y el diminuto
"niño" que sobre su pecho alberga.
Andando el tiempo,
y ya en la Gran Tenochtitlán, luego de que Cortés mandó retirar del Templo
Mayor a los dioses aztecas, Rodríguez de Villafuerte colocó en él lugar de Huitzilopochtli
a la virgen española, sitio del que la rescató antes de huir con sus compañeros
en la memorable noche (la Noche Triste) del 30 de junio de 1520, ocasión en la
que -según los cronistas- Rodríguez de Villafuerte prefirió cargar con su
Virgen que con el oro que
codiciosamente, a pesar de su gravísima situación, los otros apañaban, y que,
en gran medida, fue lo que, por el sobrepeso, les costó la vida.
Horas después del
desastre, cuando Cortés llegó y derramó lágrimas en el sabino de San Juan, a un
lado del Cerro de los Remedios, en Naucalpan, Rodríguez de Villafuerte ocultó
su virgen en la oquedad de un maguey que le pareció a propósito en la cima de
aquel cerro, llamado entonces de Otomcopolco ("lugar de otomíes").
La imagen no fue
localizada sino 20 años después por el cacique otomí Ce Cuauhtli, bautizado
luego como Juan del Águila Tovar, quien la llevó a su casa; pero como la imagen
volviera -según la leyenda- una y otra vez al sitio en que el cacique la
encontró, fue ahí donde los religiosos de Tacuba decidieron erigirle una
iglesia, en la inteligencia de que la actual no tiene ya nada de aquélla...
"La
Adelita". Leyenda revolucionaria.
La famosa Adelita de la canción
existió en la vida real antes de convertirse en personaje de leyenda como
soldadera revolucionaria; es decir, que formó parte de las mujeres que
participaron en la Revolución Mexicana de 1910, que marchaban junto con los
soldados como cocineras, enfermeras, ayudantes, enterradoras, y amantes. Su
nombre completo fue Adela Pérez Velarde. Nació en Ciudad Juárez el 8 de
septiembre de 1900. Fue nieta de Rafael Velarde, quien fuera amigo de don
Benito Juárez y en cuya casa el Benemérito se alojó, en su camino hacia el
norte de la República Mexicana, en los días aciagos de su lucha contra los
invasores franceses.
Adela se dedicó a la enfermería, la cual estudió pese a la oposición de
su padre, un rico comerciante de Ciudad Juárez. En 1914, dio la casualidad que
atendiese a un soldado herido llamado Antonio del Río Armenta quien,
profundamente enamorado, le escribió un corrido súper conocido por todos los
mexicanos y algunos extranjeros...
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