jueves, 19 de noviembre de 2015

Reflexión de la Semana: Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo

Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo.


En esta semana se da la celebración de la Dedicación de las basílicas de San Pedro y San Pablo, apóstoles.



El término “basílica” deriva del griego (basiliké) que significa regia o real.

En Roma, apareció la basílica hacia el año II antes de Cristo. Era un edificio dedicado a la transacción comercial o administración de justicia. Muchos asuntos ciudadanos importantes se deliberaban en el lugar. Tras el edicto de Milán, promulgado por Constantino en el año 313, el Imperio Romano deja de perseguir a los cristianos y a partir de ahí se utiliza el modelo basilical para la construcción de nuevos templos y muchas antiguas basílicas romanas se convierten en templos cristianos.

Más allá de su trazado arquitectónico, una iglesia se transforma en basílica por decisión pontificia. De esta forma son basílicas aquellas iglesias que por aspectos de cierto relieve, son reconocidas y designadas por privilegio papal. Se distinguen dos tipos de basílicas "mayores" y "menores".

Son basílicas mayores o patriarcales las cuatro que en Roma están designadas para ganar la Indulgencia del Año Jubilar, y a las que se ingresa por la Puerta Santa que cada uno posee, y que son: San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.

Son basílicas menores todas las demás, repartidas por el mundo y que son reconocidas o designadas como tales por decisión pontificia. De esta manera la Santa Sede le está otorgando a dicho templo un honor especialísimo que debe enorgullecer y comprometer a la comunidad que se reúne en ese templo, como nuestra querida Basílica de Guadalupe en México D.F.

Para saber más sobre la dedicación de las hermosas basílicas de San Pedro y San Pablo, consulta el siguiente link:


Para visitar las basílicas de San Pedro y San Pablo de forma virtual, usa los siguientes links:

Basílica de San Pedro:

Basílica de San Pablo:


PARA REFLEXIONAR
La solemnidad de San Pedro y San Pablo está convenida para el 29 de junio, y la celebración de la dedicación de sus basílicas para el 18 de noviembre. Estas celebraciones nos llevan a reflexionar sobre la estrecha amistad que se establece entre Jesucristo y estos dos hombres que fueron elegidos para misiones importantísimas.

Pedro es el hombre elegido por Cristo para ser “la roca” de la Iglesia: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt16,16)

Pablo fue conquistado por la gracia divina en el camino de Damasco y de perseguidor de los cristianos se convirtió en Apóstol de los gentiles. Después de encontrarse con Jesús en su camino, se entregó sin reservas a la causa del Evangelio.

Los dos hombres son columnas de la Iglesia, dispares en su origen, diversos en su apostolado, pero unidos ambos por una misma persecución, y sobre todo, unidos por su amor a Jesucristo.

El misterioso itinerario de fe y de amor, que condujo a Pedro y a Pablo de su tierra natal a Jerusalén, luego a otras partes del mundo, y por último a Roma, constituye en cierto sentido un modelo del recorrido que todo cristiano está llamado a realizar para testimoniar a Cristo en el mundo.

¿Hasta dónde somos capaces de llegar para dar testimonio de nuestra fe?
¿Qué tantos de nuestros actos realmente dan testimonio de nuestra fe?
¿Qué puedo hacer para dar testimonio de mi fe?


REFLEXIONES.

Fabiola Torres Adame.


En estos días de sucesos tan lamentables como son los actos terroristas, supuestamente en “nombre de la fe”, uno reflexiona sobre los polos opuestos: los testimonios de tantos “santos” en diferentes religiones que han dado su vida por extender un mensaje de amor y de paz, por mostrar el rostro de un Dios amoroso y misericordioso; que han dado su vida como testimonio de servicio o donación a los demás. Y por otro lado, los seres humanos que tergiversando una religión (cualquiera que esta sea), han cometido crímenes y abusos deleznables a lo largo de la historia de la humanidad.


Todas las religiones están expuesta a ello, toda vez que los fieles somos seres imperfectos, sin embargo, considero que debemos ser capaces al menos, de levantar nuestra voz para difundir la fe que abrazamos, con el compromiso de hacerlo correctamente y de conocerla más a fondo. Debemos ser capaces en nombre de la fe, de dar testimonio de aquello en lo que creemos, con un firme propósito de mejora.

Rosa María Arias Noriega.


San Pedro y san Pablo son los grandes pilares o columnas de la Iglesia Católica. A pesar de ser dos figuras totalmente diferentes son complementarias por lo que la Iglesia nunca los separa, siendo su festividad el mismo día. Ninguno tuvo una vida fácil, ambos fueron mártires que demostraron siempre su compromiso, entrega y amor a Dios y a su Iglesia. Estos dos grandes santos son un ejemplo para imitar, de cómo tenemos que entender y vivir nuestra fe cristiana.


Virginia Franco Parkman


Es muy importante dar testimonio de nuestra fe, el ser congruentes con nuestro hacer y nuestro pensar. El ser ejemplo para nuestros hijos, familia, amigos, etc., nos permite tratar de ser mejores cada día y poder ser la luz en el camino de alguien, proporcionar amor y confort a nuestros semejantes.


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