Dialogar y
buscar la unidad, algo que no es utopía, a lo que está obligado todo bautizado,
todo creyente y todo hombre de buena voluntad.
Por: Gustavo Daniel D´Apice, Profesor Universitario de Teología (UCA) | Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/17835/cat/840/el-dialogo-interreligioso.html
Por: Gustavo Daniel D´Apice, Profesor Universitario de Teología (UCA) | Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/17835/cat/840/el-dialogo-interreligioso.html
El diálogo interreligioso, a diferencia del
ecumenismo, (que es la búsqueda de la unidad entre los hermanos cristianos de
distinta denominación), es entre personas de distinta religión:
Son de otra religión que los cristianos, en primer lugar, y más cercano, los judíos, que comparten con los cristianos el mismo Dios del Antiguo Testamento y la espera del Mesías; los judíos en su primera venida, los cristianos en la segunda. Son de otra religión los bienamados musulmanes, con su Dios Alá, justo y misericordioso, cuyo profeta es Mahoma, sus sacerdotes los imanes, y sus santos y místicos los sufis. Su libro sagrado es el Corán.
También lo son los hindúes, con su Dios Krishna, a veces también manifestado como Rama. El budismo cuyo profeta y maestro en el camino del encuentro con Él es Buda Gautama, hijo noble de príncipes que dejó todo para conseguir primero él, y enseñar después a otros, el camino de la iluminación espiritual que da sentido a la vida, primero con las Cuatro Nobles Verdades, y luego con el óctuple sendero de perfección, que por su equilibrio entre los excesos, no está lejos de las virtudes cristianas. Su libro sagrado es el Bagavad Ghita, y su interpretación se hace a través de los vedas, o comentarios de los sabios.
Son de otra religión que los cristianos, en primer lugar, y más cercano, los judíos, que comparten con los cristianos el mismo Dios del Antiguo Testamento y la espera del Mesías; los judíos en su primera venida, los cristianos en la segunda. Son de otra religión los bienamados musulmanes, con su Dios Alá, justo y misericordioso, cuyo profeta es Mahoma, sus sacerdotes los imanes, y sus santos y místicos los sufis. Su libro sagrado es el Corán.
También lo son los hindúes, con su Dios Krishna, a veces también manifestado como Rama. El budismo cuyo profeta y maestro en el camino del encuentro con Él es Buda Gautama, hijo noble de príncipes que dejó todo para conseguir primero él, y enseñar después a otros, el camino de la iluminación espiritual que da sentido a la vida, primero con las Cuatro Nobles Verdades, y luego con el óctuple sendero de perfección, que por su equilibrio entre los excesos, no está lejos de las virtudes cristianas. Su libro sagrado es el Bagavad Ghita, y su interpretación se hace a través de los vedas, o comentarios de los sabios.
Buda sostiene que la vida es sufrimiento, éste está producido por el “apego” (a las cosas y a las personas), este apego es una “ilusión” (en el sentido de fantasioso) para conseguir la felicidad. Entonces el camino de la realización, del Nirvana, es el “desapego”, para poder así entrar en la “iluminación”.
El desapego es también una virtud cristiana. Y para desapegarse propone su
Óctuple sendero de perfección, sobremanera virtuoso. Estas cuatro grandes
religiones (cristianos, judíos, musulmanes y budistas e hindúes), son
monoteístas, es decir, tienen un solo Dios. Y las tres primeras colocan a
Abraham, salido de Mesopotamia (Ur de los caldeos, entre Irak y Siria
actuales), como su padre en la fe.
Los hermanos de distinta religión que los cristianos, se ordenan al único Pueblo de Dios de distintas maneras, pero no buscan la unidad en una única Iglesia Visible de Jesucristo, porque los elementos que se comparten son más amplios y generales: la oración a un único Dios, el amor universal, la revelación de textos sagrados por parte de Dios, los atributos del mismo, etc.
Pero esto no quita el diálogo amistoso, la oración al Dios Único, la caridad sincera, recíproca y hacia los demás, el enriquecimiento mutuo con las distintas tradiciones místicas y espirituales.
Prueba de ello es el encuentro anual que el Sumo Pontífice tiene con representantes de otras iglesias cristianas (ecumenismo) y de otras religiones (diálogo interreligioso), todos los años en Asís, para encontrarse y orar por la paz. Hasta el Papa ha querido peregrinar hasta allí en tren, e invitar luego a un ágape fraterno a los distintos representantes de los credos cristianos y no cristianos, elaborando luego entre todos líneas de convivencia y de actuación justas, pacíficas y solidarias (CEC 839-842).
Dialogar y buscar la unidad, algo que no es utopía, a lo que está obligado todo bautizado, todo creyente y todo hombre de buena voluntad. Entonces la vida será diferente, aunque en última instancia, el lograrlo, es un Don de Dios. Aunque debemos predisponernos para acogerlo.
Los hermanos de distinta religión que los cristianos, se ordenan al único Pueblo de Dios de distintas maneras, pero no buscan la unidad en una única Iglesia Visible de Jesucristo, porque los elementos que se comparten son más amplios y generales: la oración a un único Dios, el amor universal, la revelación de textos sagrados por parte de Dios, los atributos del mismo, etc.
Pero esto no quita el diálogo amistoso, la oración al Dios Único, la caridad sincera, recíproca y hacia los demás, el enriquecimiento mutuo con las distintas tradiciones místicas y espirituales.
Prueba de ello es el encuentro anual que el Sumo Pontífice tiene con representantes de otras iglesias cristianas (ecumenismo) y de otras religiones (diálogo interreligioso), todos los años en Asís, para encontrarse y orar por la paz. Hasta el Papa ha querido peregrinar hasta allí en tren, e invitar luego a un ágape fraterno a los distintos representantes de los credos cristianos y no cristianos, elaborando luego entre todos líneas de convivencia y de actuación justas, pacíficas y solidarias (CEC 839-842).
Dialogar y buscar la unidad, algo que no es utopía, a lo que está obligado todo bautizado, todo creyente y todo hombre de buena voluntad. Entonces la vida será diferente, aunque en última instancia, el lograrlo, es un Don de Dios. Aunque debemos predisponernos para acogerlo.
REFLEXIONES
Emilio Dávalos:
Me
vino a la mente el personaje principal de la pelicula “La vida de Pi”, el cual
de niño comienza a practicar varias religiones al mismo tiempo. La propia
curiosidad de niño la hace explorar todos los caminos y lo interesantes es que
lo hace todos al mismo tiempo y es practicante de todos. En ojos de un niño, el
amor es el amor y no se le presentan mascaras y el camino hacia este no debe de
tener diferencia sustancial. En principio debe de existir un Dialogo
Intereligioso, porque la misma religión debe de generar lo mejor de nosotros y
sería una lastima que una creencia nos haga ciegos y sordos de la forma de
pensar del resto del mundo. En algún momento de su vida Jalil Gibran al leer la
Biblia, queda facinado de ella, pero se da cuenta de una situación de lenguaje
(Por lo que entiendo el la conoce en ingles). En este idioma, solo existe una
palabra para amor, cuando es su lengua natal existen 50 palabras que la
definen, con esta idea, decide hace una tradcción a su lengua natal, siendo una
traducción muy nutrida.
Areli Sánchez:
Muchas gracias por la reflexión
de esta semana, me parece que es un tema muy interesante y amplio. En efecto me
he encontrado con personas que profesan otras denominaciones cristianas y otras
religiones. Es algo que nunca había reflexionado, pero es interesante pensar
que aunque de forma sutil, la religión determina ciertos comportamientos o
ideas que las personas tienen: “no me tomo fotos porque mi religión lo
prohíbe”, “no como carne de puerco porque soy musulmán”, “soy vegetariano un
día a la semana”, “no como vaca/res porque es un animal sagrado para mí”,
“ayuno todo el día durante el Ramadán”, “cuido mi alimentación para cuidar mi
cuerpo, mi templo”, “no como camarones/mariscos porque la Biblia así lo
indica”, “no me rasuro ni me corto el cabello”.
Aunque por otra parte, nunca ha
sido un determinante para tratar a una persona de un modo u otro y esto es lo
más importante desde mi perspectiva: respetar a los demás, nuestra
diversidad lingüística, cultural, política, sexual, económica, profesional,
religiosa, etc. Y tener la madurez de aceptar otras opiniones, por mucho que
difieran de las nuestras, pero a la vez tener la inteligencia para que no nos
menosprecien, es decir “dialogar y buscar unidad”.
Creo que es importante decir que
no son las religiones las que dialogan, sino las personas que profesan
distintas denominaciones y religiones. Y me parece importante esta aclaración
ya que sólo así asumimos como propios los conflictos que surgen por esta falta
de diálogo, y por lo tanto las soluciones a estos conflictos dependen también
de nosotros como individuos que constituyen una comunidad. De lo contrario,
seguiremos viendo estas situaciones como ajenas, como algo que le corresponde a
alguien más, y no a mí y a cada uno de nosotros.
Rosa María Arias
Al
existir diferentes credos en el mundo, las personas tienen distintas creencias
o tradiciones que debemos respetar. Los conflictos religiosos que existen en la
actualidad entre las personas, los pueblos, o gobiernos se podrían evitar si se
dialogara. Por eso es importante establecer un dialogo abierto entre las partes
en donde se establezca una negoción positiva y cooperativa,
buscando una solución para la buena convivencia, tratando siempre de
alcanzar el bien común. El dialogo tiene que estar basado en el respeto,
la tolerancia, la aceptación, y las ganas de llegar a una solución evitando
siempre el conflicto. Si no se busca una solución al problema mediante el
dialogo seguramente se llegará a la violencia.
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