REFLEXIÓN DE LA SEMANA.
REFLEXIONES.
Rosa María Arias Noriega
Muchos
de los santos fueron mártires, algunos de ellos lucharon contra momentos
difíciles en su vida, cometieron graves errores y fueron pecadores, pero se
arrepintieron y se reconciliaron con Dios, buscaron vivir una vida de virtud
por medio de una purificación interior. Considero que ellos son ejemplos
de vida a quienes podemos y debemos imitar.
En
el transcurso de mi vida he sido devota de algunos de ellos como son: San
Antonio, San Pafnucio, San José, o Santa Claudina. Cuando he tenido
alguna preocupación, he hecho novenas, promesas, etc. para que intercedieran
por mi ante Dios, sin embargo, la Virgen siempre ha sido mi preferida para
tener ese acercamiento con Dios, “a Jesús por María”
Maru Hernández Pardo
Interceder por nosotros ante Dios para ayudarnos es lo que hacen los santos, y por eso encontramos en ellos un apoyo; es como una mano que nos tienden para acercarnos a Él.
Como bien dice el texto, los santos no requieren ser reconocidos como tales, pero nosotros sí encontramos muchas veces consuelo en dirigirnos a ellos y pedirles ayuda.
Los ejemplos que nos dan son muchos y muy variados. A veces ser santo no implica tener una estampa, un altar en una iglesia o una muchedumbre que lo siga, implica un estilo de vida, una vivencia de la virtud; quizá en lugar de preguntar a qué santo nos encomendamos deberíamos preguntar que tanto vivimos de acuerdo con sus ejemplos...
Virginia Franco Parkman
En general tenemos a nuestros santos preferidos, es cierto, no
se sustituye el contacto con Dios, es simplemente el pedirles alguna
intersección que necesitemos, a mí me parece que como están cerca de Dios, son
como nuestros aliados para con Él.
En estas fechas recordamos a nuestros seres queridos que
tristemente ya no están con nosotros y se los encargamos para que vean por
ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario