Reflexión de la Semana: Ser Católico.
¿Estás pensando en tomarte en
serio tu catolicismo, si lo tenías un poco descuidado? No sé si es buena idea. Yo que tú lo pienso. Pasa que el catolicismo
no es un “club del buen pasar”. Ser católico es estar un poco loco. Un
poco loco de amor por Cristo, otro poco loco de amor por María, y, en
consecuencia, un poco loco de amor por los demás.
Decidirte
a tomar en serio tu catolicismo quizá te convierta en alguien “feliz” y ver a
alguien así a veces desentona con este mundo entristecido en el que vivimos.
Los siguientes argumentos, con un poco de humor, invitan
a la reflexión sobre el camino que implica nuestra fe “Porque la necedad divina
es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte
que la fuerza de los hombres” (1 Cor, 1, 25).
1. ¡Cuidado!!! Sí eres católico puedes encontrar sentido a tu vida…
1. ¡Cuidado!!! Sí eres católico puedes encontrar sentido a tu vida…
Los católicos creemos que Dios
nos crea con un propósito, y que, si logramos descubrir ese propósito, podemos
aspirar a la Santidad. ¿Y qué es la Santidad? Complicarse la vida
innecesariamente. Hacer lo fácil, difícil. No tomar ningún atajo. Proponerse
algo y lograrlo, con la ayuda de Dios. Tomar el camino angosto, para entrar por
la puerta estrecha. ¿Y cómo puede ser que haciendo todo más difícil tengamos
tiempo todavía para ser felices? Bueno. Ahí está el secreto. La Santidad es el
plan de Dios para nuestras vidas. Y si seguimos el plan de Dios, que nos creó,
¿de qué forma podemos ser infelices? ¡Hasta el martirio nos parece ganancia,
porque no ponemos nuestra felicidad en esta vida, sino en el premio increíble
que Dios nos tiene preparado… “Ni ojo vio, ni oído oyó…” (1 Cor 2, 9).
2 2. Tal vez
renovar el auto ya no esté entre tus prioridades.
Tal vez, ese encontrar sentido a tu vida haga
que cambien las prioridades. Y lo que ayer te parecía primordial, como el de
tener un auto último modelo, hoy pase a ser totalmente secundario. Pon
atención: el cristianismo hace que tus prioridades se pongan “patas para
arriba”. Y terminamos pareciendo Locos. Locos de amor por el prójimo, y menos
locos de amor por el auto último modelo.
3
3. Tal vez comiences a pensar en contra del aborto, el divorcio, la eutanasia, etc...
3. Tal vez comiences a pensar en contra del aborto, el divorcio, la eutanasia, etc...
Los católicos estamos siempre
“fuera de la moda”. Nos oponemos al aborto, al divorcio, a la eutanasia…
¡Porque no nos gustan las salidas fáciles! Y creemos que todo tiene sentido en
esta vida, ¡hasta el sufrimiento! Creemos que todo el mundo tiene el derecho a
que se le diga la verdad y además nos creemos que tenemos que convencer a todos
de nuestros puntos de vista.
4 4. ¿Y si
descubres que tienes vocación para la vida consagrada?
Algunos de entre nosotros dicen
que Dios les mostró que tienen que dedicarle toda la vida. ¿Toda la vida?
¡Toda! ¿Sin condiciones? ¡Incondicionalmente! ¿Y cuál es el truco? Ninguno. Por
amor a Dios y al prójimo solamente, estos “loquitos lindos” se lanzan a las
aventuras más inverosímiles, como ir a predicarles el evangelio a los pobres en
Tanzania, o en medio de la guerra en Siria o Irak, o en medio de la pobreza más
increíble en Filipinas. Y de acuerdo a los parámetros del mundo, deberían ser
las personas más tristes y miserables del mundo… ¡Y sin embargo son
tremendamente felices!
5 5. ¡Advertencia!
¡Si eres católico, siempre estás de fiesta!
En enero, terminamos la octava
de Navidad (nuestras fiestas son tan grandes que no entran en un día) y
festejamos a María, Madre de la Iglesia. A los pocos días, el Santo Nombre de
Jesús, un par de días más y ¡Epifanía! Todavía no terminamos la primera semana
del año y seguimos festejando desde la Navidad. Los católicos creemos que la
vida es una Fiesta, y hay que celebrarla. Y la jarana sigue todo el año:
febrero con la Presentación del Señor, Nuestra Señora de Lourdes y la Cátedra
de San Pedro; marzo con San José y la Anunciación del Señor, (cuando no cae la
pascua en marzo cae en abril) y así durante todo el año.
6 6. ¡Tal vez estés
de acuerdo con el Papa!
Leemos los documentos que el
Papa envía, y los estudiamos, y escribimos libros y damos conferencias sobre
ellos. ¿Por qué? ¿Qué hace que más de 1000 millones de personas sigan cada
palabra de ese señor? Pues… Es fácil: las cosas que dice tienen mucho sentido.
Y cada vez que lo seguimos, estamos convencidos de que lo que dice es la
verdad. Las grandes verdades que han incomodado al mundo han salido en los
últimos 20 siglos de la boca o la pluma de un Papa y generalmente ha dado en el
punto de los males que afligen al mundo.
7 7. Tal vez te
vuelvas consciente de qué gran pecador eres.
Pero, como dice el refrán, ¡A
grandes Males, grandes remedios!: Tenemos la confesión sacramental, a la que
podemos recurrir todas las veces que necesitemos.
¿Pecaste? ¡Confiésate!
¿Volviste a pecar? ¡Vuelve a confesarte! ¿Qué? ¿Decirle a otro pecador tus
pecados? ¿Qué locura es esa? ¡La locura de la Misericordia de Dios, que nos
dejó un sacramento para realmente perdonarnos todos los pecados! ¡No importa la
gravedad de tus pecados, el confesor tiene los oídos curtidos! ¡Y además él es
también un pecador, así que te va a tratar con misericordia exquisita! Y al
salir del confesionario… ¡Qué alivio del alma! ¡Se siente como si hubiéramos
llevado el alma cargada con el mundo entero y luego de la confesión ¡El alivio
es COMPLETO! ¡No existe otro modo de convencernos de lo grandes pecadores que
somos si no es a través de experimentar la Misericordia gratuita de Dios
Nuestro Señor!
8 8. Lo más
importante de todo: Podrías finalmente ser feliz
Y para ser feliz hay que ser un
poco inconsciente. Así somos los católicos. Inconscientes de los peligros,
porque ponemos toda nuestra confianza en Dios.
¿Podemos ser felices en medio
de las calamidades de este mundo? Podemos, porque sabemos que este mundo es un
lugar de paso, y todas las calamidades que podamos pasar aquí son nada
comparadas con la increíble cantidad de beneficios que el buen Dios nos
regalará si las sufrimos con paciencia. Pero, además, como no nos desanimamos
fácilmente, ¡sabemos que Dios nos llama a combatir esas calamidades! ¡Y que
tenemos el deber de cambiar el mundo! Y como no confiamos en nuestras fuerzas y
confiamos en Dios, sabemos que ¡Podemos cambiarlo! Y eso nos hace muy felices.
*Adaptado
de CatholicLink. http://catholic-link.com/2016/05/21/razones-dudar-ser-catolico
REFLEXIONES
Fabiola Torres Adame.
El texto me parece un magnífico
resumen de las bondades que gozamos si comprendemos y practicamos la religión
de manera adecuada. Rescato el último punto “Lo más importante de todo:
Podrías finalmente ser feliz”, pues precisamente se vincula con la plática
de experto que tuvimos esta semana con el P. Walsh, respecto a la confianza en
Dios, en tener la certeza de que penas y alegrías que nos salen al paso,
debemos afrontarlas con una actitud dispuesta de tomar lo bueno y salir
adelante, y confiar en que tienen un sentido y Dios nos acompaña.
“Pero, además, como no nos
desanimamos fácilmente, ¡sabemos que Dios nos llama a combatir esas
calamidades! ¡Y que tenemos el deber de cambiar el mundo! Y como no confiamos
en nuestras fuerzas y confiamos en Dios, sabemos que ¡podemos cambiarlo! Y eso
nos hace muy felices”.
Rosa María Arias Noriega
Rosa María Arias Noriega
La vida no es fácil, es bastante
complicada, pero al estar cerca de Dios las cosas son más sencillas y es más
fácil brincar cada uno de los obstáculos que se nos presenta.
Nací en un hogar católico, fui a un
colegio católico, sin embargo, al paso de los años tuve la oportunidad de
elegir; y por convicción propia decidí ser católica. Acepte ser católica no por
una tradición familiar, ni por un sistema educativo, y mucho menos para formar
parte de una estadística, sino para ser feliz, como se indica en el artículo,
con la responsabilidad que esto implica.
Mi objetivo al final de mi vida es
llegar al cielo para encontrarme con Dios. Siendo católica, cumpliendo los
mandamientos y acercándome a recibir los sacramentos pretendo llegar al cielo a
reencontrarme con Dios. No es una tarea fácil, tiene su grado de dificultad.
Emilio Dávalos Miaja
Se me hace increíble cómo se van
complementando cada punto, del primero que es el seguir nuestro camino y nos va
a llenar de gozo, al buscar la felicidad de los demás por medio del amor en el
segundo punto y regresamos a la parte de la propia felicidad en el último punto
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