ADVIENTO.
La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el
lenguaje cristiano se refiere
a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia
da el nombre de Adviento
a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos
en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.
El color litúrgico de este tiempo es el morado
que
significa penitencia.
El tiempo de Adviento es un período privilegiado
para los cristianos ya que nos invita a
recordar el pasado,
nos impulsa a vivir el
presente y a
preparar el futuro.
Esta
es su triple finalidad:
-
Recordar
el pasado: Celebrar
y contemplar el nacimiento de
Jesús en Belén. El Señor ya
vino y nació en Belén. Esta fue su venida
en la carne, lleno de
humildad y pobreza. Vino
como uno de nosotros, hombre
entre los hombres.
Esta fue su primera venida.
-
Vivir el presente:
Se trata
de vivir en el presente de
nuestra vida diaria la "presencia
de Jesucristo" en nosotros
y, por nosotros, en el
mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los
caminos del Señor, en la justicia
y en el amor.
-
Preparar
el futuro:
Se trata
de prepararnos para la Parusía o segunda
venida de Jesucristo en la "majestad de
su
gloria". Entonces vendrá como Señor y
como Juez de todas las
naciones, y
premiará con el Cielo
a los que han creído en
Él; vivido como hijos
fieles del Padre y
hermanos buenos de los demás.
En Adviento debemos hacer
un
plan para que no
sólo seamos buenos en Adviento
sino siempre. Analizar qué es
lo que más trabajo nos
cuesta y hacer propósitos para
evitar caer de nuevo
en lo
mismo.
La corona de adviento se
hace con follaje verde sobre el que
se insertan cuatro velas. Tres
velas son violeta,
una es rosa. El
primer domingo de adviento
encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela más hasta llegar a la
Navidad.
La vela rosa corresponde al tercer domingo
y representa el gozo.
Mientras se encienden las
velas se hace una oración, utilizando algún pasaje
de
la Biblia y se
entonan cantos. Esto
lo hacemos
en las misas de adviento
y también es
recomendable hacerlo en casa, por
ejemplo antes o después de la cena.
Si no hay velas de esos
colores aún se puede
hacer la corona ya que lo más importante
es el significado: la luz
que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es
la Luz del Mundo.
Origen: La corona
de adviento encuentra sus raíces en las costumbres
pre- cristianas de los germanos
(Alemania). Durante el frío
y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas
de ramas verdes y encendían fuegos como señal de
esperanza en la venida de la
primavera. Pero la
corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de
la
cristianización de
la
cultura. Lo viejo
ahora toma un nuevo y pleno contenido
en Cristo. El
vino para hacer
todas las cosas nuevas.
Nueva realidad:
Los cristianos supieron apreciar
la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo
soy la luz del mundo; el que me
siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá
la luz de la
vida.».
La luz que prendemos
en la oscuridad del invierno
nos recuerda a Cristo que vence
la oscuridad. Nosotros,
unidos a Jesús, también somos
luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la luz del mundo.
No puede ocultarse una ciudad situada
en la cima de un monte."
En el siglo XVI
católicos y protestantes alemanes
utilizaban este símbolo
para celebrar el adviento: Aquellas
costumbres primitivas contenían una semilla
de verdad que
ahora podía expresar la verdad
suprema: Jesús es la
luz que ha venido, que está
con nosotros y que vendrá con gloria.
Las velas anticipan la venida
de la luz en la Navidad:
Jesucristo.
Las ramas de verde
perenne recuerdan Jesús es
la luz eterna. En los
países fríos se escogen ramas
de los árboles que no pierden sus hojas en el invierno, para simbolizar
que Dios no cambia.
El círculo nos recuerda que
Dios no tiene principio
ni fin, es eterno.
¿Cómo vivir el Adviento?
El adviento es un tiempo
de reflexión,
de preparación, de esperanza. Prepárate
para la navidad revisando
cómo ha sido tu vida y
planeando qué puedes
hacer para mejorar.
Algunas recomendaciones:
ü
Pregúntate
no sólo que
pasa a tu alrededor, sino
qué tendría que pasar y qué
tendrías que hacer aquí y ahora para cumplir con la
voluntad de Dios.
ü
Descubre la huella
de Dios en tu corazón
y en tu historia,
reconoce todo lo que
te ha
brindado y agradécelo sinceramente.
ü
No te desanimes, haz tu mejor
esfuerzo en todo lo que
hagas y contribuye con tu granito de
arena en las labores que te
tocan.
ü
Dile un sí a los actos de caridad y sé
generoso, el adviento es la
mejor época para contribuir con los demás.
ü
Recuerda que
el adviento
es un tiempo de
reconciliación, y la reconciliación te brinda paz.
ü
Intensifica tus esfuerzos por mostrar
amor a tu familia.
Referencias:
http://arzobispadodepiura.org/eventos/adviento/reflexiones-sugerenciasy- recomendaciones-para-vivir-el-adviento/
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